El observador

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El observador siempre está ahí. Por eso a veces la meditación es fácil; a veces difícil. Pero sea fácil o difícil, tenemos que mantener nuestras mentes estables. Cuando se hace fácil, no te vuelvas complaciente. Si te vuelves complaciente, las cosas se empiezan a aflojar, como los tornillos aflojándose en tu coche. Después de un tiempo las cosas empiezan a vibrar y luego se sueltan. Al mismo tiempo cuando las cosas no van bien, no te alteres. La regla número uno en ambos casos es mantener la mente estable. Ten un fuerte sentido del observador, la parte de la mente que mira simplemente lo que está pasando, e identifícate tanto como puedas con eso.

El observador

Ajaan Suwat mencionó una vez que cuando fue por primera vez a quedarse con Ajaan Mun su mente parecía estar por todos lados. Se había sentado a meditar y había estado pensando en esto, pensando en aquello, y temía decírselo a Ajaan Mun por miedo de lo que Ajaan Mun pudiera decir. Pero luego se dio cuenta, «Estoy aquí para aprender.» Así que fue a ver a Ajaan Mun, a ver que clase de consejo le daría.

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Y la respuesta de Ajaan Mun fue esta: «Bien, por lo menos eres consciente de lo que está sucediendo. Es mejor que no ser consciente en absoluto de las distracciones.» Luego citó el Discurso de los Fundamentos de la Atención: Ser consciente de una mente dispersa cuando está dispersa cuenta como uno de los fundamentos de la atención.

Ajaan Suwat manejó aquella lección muy bien. Se dió cuenta que Ajaan Mun no esta elogiándole sino simplemente consolándole un poco, dándole algo de ánimo. No le estaba diciendo que donde estaba estaba bien, sino que le estaba recordando que no era un completo desastre, que el hecho de que estuviese meditando era mejor que no meditar en absoluto.

Esto pasa a menudo con la gente: Las cosas no van bien en su meditación y dicen, «Bien, esta noche no es mi noche para meditar. Haría mejor parando.» No meditar no es la respuesta. Incluso aunque no sea agradable, sentarse pasando una mala meditación es mejor que no meditar. Puede haber algún punto en el transcurso de la meditación cuando finalmente llega a tus sentidos, cuando ves algo ahí que no habías visto antes. Por esto es por lo que el sentido del observador es tan importante.

En el Canon hablan de la persona que tiene bien cogido su tema de meditación, y la imagen que usan es la de una persona sentada que está mirando a alguien tumbado, o una persona de pie que está mirando a alguien que está sentado. En otras palabras, te sitúas un poco por encima de lo que está pasando y lo observas. Das un paso atrás para ver que está pasando desde una mejor perspectiva, y lograr una sensación de dónde está el desequilibrio en tu mente, ver lo que estás haciendo, y pensar qué deberías hacer de forma diferente.

Exactamente ¿por qué está siendo deficiente la meditación? ¿Qué le falta? Ajaan Fuang una vez aconsejó hacer un nota mental de los siete factores que Ajaan Lee propuso en su Método #2, y luego comparar tu meditación con ellos, para ver que es lo que falta. Si tienes los siete factores componentes, entonces la mente se tranquilizará seguro: atenta, solida y quieta. Así que comprueba para ver que es lo que falta. ¿No tienes clara la duración de las respiraciones? ¿No tienes claro cuando la respiración es confortable? ¿No estás propagando las sensaciones confortables de la respiración? ¿No tienes un lugar de reposo para la mente, la respiración en el cuerpo? Solo sigue la lista, y si encuentras que falta alguno de los factores componentes intenta compensar la falta.

Pero de nuevo, para hacer esto necesitas esa sensación del observador, la persona que está mirando y no se altera por lo que sucede, no se deja llevar, tan solo mira con total neutralidad. Cuando puedes observar de esta forma, entonces incluso una meditación mala no es un desastre total. Lo tomas como un reto. La meditación de esta noche puede ser un poco diferente a la de la noche anterior. La noche anterior fue bien, pero empiezas esta noche y las cosas no parecen ir demasiado bien. En lugar de ponerte nervioso, tan solo pregunta: «¿Es cuestión del cuerpo? ¿Hay algún problema con la respiración? ¿Hay algún problema con el nivel de energía? ¿Estás demasiado obsesionado? ¿Demasiado deprimido?» Muchos factores diferentes pueden estar jugando un papel aquí, tanto factores en la mente como factores en el cuerpo. Si tu nivel de energía está demasiado bajo, puedes cambiar la manera en que respiras para energizarte. Si tu energía es demasiado frenética, puedes respirar de forma que te calmes.

Inténta ser tan preciso observando como te sea posible. Muchas veces lo que marca la diferencia en la meditación son los detalles, las pequeñas cosas, y si no estás prestando atención cuidadosamente, simplemente experimentando los movimientos, te pierdes mucho. Puedes estar perdiéndote algo importante incluso si parece secundario. Intenta experimentar cada aspecto muy meticulosamente, intenta ser muy observador, tener próximas entre sí tus facultades de observación.

Hay una palabra en tailandés, thii, que se usa para describir la proximidad, digamos, de los dientes de un peine o de las estacas en una valla – toda serie de cosas. También se usa para describir la frecuencia de una señal de radio. Cuanto mas alta la frecuencia mas próxima la frecuencia. Así que quieres que tus actos de atención, tus actos de alerta, estén muy próximos: justo uno al lado del otro, sin huecos. De otra forma, si dejas muchos huecos hay mucho tiempo para que el telón se baje en la mente. El equipo del backstage puede cambiar el escenario, y cuando el telón se vuelve a subir estás fuera en algún otro lugar. Pero si tu atención está próxima de esta manera, entonces no tienen tiempo para bajar el telón. Si cambian el escenario ves lo que está sucediendo, y eso destruye la ilusión por la que, de otra manera, te dejarías llevar.

Así que cualquier cosa que suceda en la meditación, párate siempre y toma nota de «¿Dónde está el observador ahora mismo? – en otras palabras, la parte de la mente que puede observar simplemente y no ser desplazada de ninguna manera por los eventos. Estamos tan acostumbrados a vivir en la parte de la mente que está siendo constantemente empujada por los eventos que incluso parece traicionero el dar un paso atrás y estar en la parte que no se mueve por nada en absoluto, sin ser tocada por nada, que solo observa, viendo lo que está sucediendo. Siempre hay esa esquina en la mente. Así que intenta localizarla, familiarízate con ella. Aprende cómo hacer de eso la base de tu postura, para que sin importar lo que pase veas los eventos claramente por lo que son. Ves claramente la conexión entre causa y efecto. Esto te coloca en una posición donde puedes usar tu ingenio para hacer cambios, ajustando algo aquí, ajustando algo alli, intentando esto, intentando aquello. Incluso si lo que intentas no funciona, has aprendido algo. Has aprendido que esa táctica en particular no funciona aquí, algo valioso que saber.

Si adoptas esta actitud entonces no importa como de bien va la meditación, no importa como de mal va, siempre es una oportunidad para aprender.

Copyright © 2003 Thanissaro Bhikkhu

Traducción del inglés: dhammamagga.org © 2008

Edición de Bosque Theravada © 2008

Meditación y psicología 2016 (con permiso de Bosque Theravada)

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