Fuerza de voluntad – un conjunto de palabras muy sucias estos días. ¿Cuantos anuncios has visto que tratan de posicionar sus productos como un sustituto de la fuerza de voluntad? Ellos empiezan diciéndote que la fuerza de voluntad no funciona y luego intentan venderte algo «rápido y fácil», como una píldora de dieta o algún raro equipo de ejercicio.

Con frecuencia inclusive garantizarán resultados imposibles en una cantidad dramáticamente corta de tiempo – eso es una apuesta segura porque la gente a la que le falta fuerza de voluntad probablemente no se tomarán el tiempo de regresar estos productos inútiles.

La diferencia entre una persona exitosa y los otros no es una falta de fuerza, no es una falta de conocimiento, sino una falta de voluntad.
– Vince Lombardi

Trabajo duroTercer pilar de la Auto-Disciplina: Trabajo Duro

Pero adivina que… la fuerza de voluntad si funciona. Pero para poder tomar ventaja total de ella, debes aprender que puede y que no puede hacer esta fuerza. La gente que dice que la fuerza de voluntad no funciona está intentando usarla de una forma que está más allá de las capacidades de dicha fuerza.

¿Que es la fuerza de voluntad?

La fuerza de voluntad es tu habilidad de establecer un curso de acción y decir, «¡A la carga!»

La fuerza de voluntad provee un impulso intensamente poderoso, aunque temporal. Piensa en ella como empujón de un tiro. Se agota rápidamente, pero si la diriges inteligentemente, puede proveer el impulso que necesitas para contrarrestar la inercia y crear momento.

La fuerza de voluntad encabeza la auto-disciplina. Para usar una analogía de la segunda guerra mundial, la fuerza de voluntad sería el D-Day, la invasión normandía. Esa fue la batalla gigantesca que cambió el curso de la guerra e hizo que las cosas se movieran en una dirección diferente, inclusive aunque tomó otro año para llegar al día VE (Victoria en Europa). Hacer ese tipo de esfuerzo cada día de la guerra hubiese sido imposible.

La fuerza de voluntad es una concentración de fuerza. Tu juntas toda tu energía y realizas un masivo empujón hacia adelante. Tu atacas tus problemas estratégicamente en sus puntos débiles hasta que se quiebran, dándote suficiente espacio para maniobrar más profundamente en el territorio y acabarlos.

La aplicación de la fuerza de voluntad incluye los siguientes pasos:

1. Escoge un objetivo

2. Crea un plan de ataque

3. Ejecuta el plan

Con la fuerza de voluntad puedes tomarte tu tiempo implementando los pasos 1 y 2, pero cuando llegues al paso 3, debes ejecutar duro y rápido.

No intentes enfrentar tus problemas y retos de tal forma que se requiera un alto nivel de fuerza de voluntad cada día. La fuerza de voluntad es insostenible. Si intentas usarla por mucho tiempo, te agotarás. Esta requiere un nivel de energía que solo puedes mantener por un corto periodo de tiempo… en la mayoría de los casos, el combustible se gasta en cuestión de días.

Usa la fuerza de voluntad para crear momento auto-sostenible

Siendo así, si la fuerza de voluntad solo puede ser usada en impulsos cortos pero poderosos, ¿entonces cual es la mejor forma de aplicarla? ¿Como evitas caer de nuevo en los patrones viejos una vez tu ráfaga temporal de fuerza de voluntad se agota?

La mejor forma de usar la fuerza de voluntad es establecer una «cabecera de playa», de tal forma que seguir progresando pueda hacerse con mucho menos esfuerzo que lo que requirió el empujón original. Recuerda el Día-D – una vez los Aliados establecieron una cabecera de playa, el camino hacia adelante fue mucho más fácil para ellos.

Aún era desafiante, por supuesto, especialmente con la lucha en espacios reducidos entre hileras de setos en Francia antes de que los Tanques Rhino empezaran a devastarlos, pero era mucho más fácil que intentar mantener el enfoque, energía y coordinación de una invasión de playa de escala completa cada día durante otro año.

Así que la forma apropiada de usar la fuerza de voluntad es establecer esa cabecera de playa – cambiar permanentemente el territorio en si mismo de tal forma que sea más fácil seguir moviéndote. Usa la fuerza de voluntad para reducir la necesidad en curso de tan alto nivel de fuerza sostenida.

Fuerza de voluntad

Un ejemplo

Juntemos todo lo de arriba en un ejemplo concreto.

Supón que tu objetivo es perder 10 kilos. Intentas empezar una dieta. Eso toma fuerza de voluntad, y te va bien durante la primera semana. Pero después de unas pocas semanas has caído de vuelta a tus viejos hábitos y has ganado todo tu peso nuevamente. Intentas lo mismo con dietas diferentes, pero el resultado aún es el mismo. No puedes sostener momento por tiempo suficiente para alcanzar tu meta.

Eso es lo esperado, ya que la fuerza de voluntad es temporal. Es para hacer carreras cortas a toda velocidad, no para hacer maratones. La fuerza de voluntad requiere enfoque consciente, y el enfoque consciente es muy agotador – no puede mantenerse por mucho tiempo. Pronto algo te distraerá.

He aquí como enfrentar la misma meta con la aplicación apropiada de la fuerza de voluntad. Tu aceptas que solo puedes aplicar un pequeño empujón de fuerza de voluntad… tal vez durante algunos días por mucho. Después de eso, se agota.

Así, lo mejor es que uses esa fuerza de voluntad para alterar el territorio a tu alrededor de tal forma que mantener momento no sea tan difícil como construirlo en primer lugar. Necesitas usar tu fuerza de voluntad para establecer una cabecera de playa en las bahías de tu meta.

Así que tu te sientas y creas tu plan. Esto no requiere mucha energía, y puedes esparcir el trabajo durante varios días.

Tu identificas todos los diferentes objetivos que necesitarás atacar si quieres tener una oportunidad de éxito. Al principio, toda la comida chatarra tiene que salir de tu cocina, incluyendo lo que sea que tengas la tendencia de comer demás, y necesitas reemplazarla con comidas que te ayuden a perder peso, como frutas y vegetales.

Segundo, necesitas saber que te sentirás tentado a conseguir comida rápida si llegas a casa hambriento y no tienes nada para comer, así que decides pre-cocinar una semana de comida con anticipación cada fin de semana. De esa forma tu siempre tienes algo en la nevera.

Tu apartas un bloque de varias horas cada fin de semana para comprar mercado y cocinar toda tu comida para la semana. Además te consigues un libro de cocina con recetas saludables. Te enteras de Weight Watchers y miras donde se encuentra el más cercano a ti, para que puedas ir a la primera reunión y unirte.

Crea una cartilla de peso y ponla en la pared de tu baño. Obtén una báscula decente que pueda medir tu peso y porcentaje de grasa corporal. Crea una lista de opciones de comidas (5 desayunos, 5 almuerzos y 5 cenas), y ponlas en tu nevera. Y así. En este punto, todo esto va en tu plan escrito.

Luego ejecutas – duro y rápido. Probablemente puedes implementar el plan entero en un día. Atiende tu primera reunión de Weight Watchers y obtén todos los materiales. Elimina la comida chatarra de tu cocina. Compra comida nueva, tu libro de cocina nuevo, y la nueva báscula. Pon la cartilla de peso en tu baño y la lista de opciones de comidas en tu nevera. Selecciona recetas y cocina toda la comida para la semana. ¡Ufff!

Al final del día, habrás usado toda tu fuerza de voluntad no para hacer dieta directamente, sino para establecer las condiciones que harán que tu dieta sea más fácil de seguir. Cuando despiertas a la mañana siguiente, encontrarás que tu ambiente habrá cambiado dramáticamente de acuerdo a tu plan.

Tu nevera estará llena con mucha comida saludable pre-cocida para que comas. No habrá nada de comida chatarra en tu casa. Serás miembro de Weight Watchers y tendrás que atender a las reuniones semanales. Tendrás un bloque regular de tiempo asignado a comprar comida y prepararla. Igual requerirá algo de disciplina seguir tu dieta, pero tu ya has cambiado tanto las cosas que no será tan difícil como hubiese sido sin esos cambios.

No uses la fuerza de voluntad para atacar tu problema más grande directamente. Usa la fuerza de voluntad para atacar los obstáculos de tu ambiente y obstáculos sociales que perpetúan el problema. Establece una cabecera de playa primero, y luego fortifica tu posición (es decir, conviértelo en un hábito, haciendo el reto de los 30 días por ejemplo).

Los hábitos ponen las acciones en piloto automático, de tal forma que poca fuerza de voluntad es requerida para continuar tu progreso, permitiéndote que prácticamente ruedes en picada hacia tus metas.

Fuente: Stevepavlina.com