¿Qué es el coaching?

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El coaching es una disciplina moderna que bebe de diferentes aguas pero que otorga excelentes resultados. Además se adapta a las necesidades de cada persona o incluso de cada empresa, pues puede funcionar también con grandes corporaciones. Por todas estas razones, el coaching ha pasado a convertirse en un verdadero activo en muchas disciplinas, algunas de ellas tan dispares como puede ser el rendimiento deportivo, la sección de contabilidad de una empresa, la reunión anual de objetivos de una gran multinacional o, simplemente, una persona que necesita dar un cambio a su vida.

¿Qué es el coaching?

El coaching es una disciplina en la que un experto «el coach» se encarga de aconsejar y redirigir los recursos de su cliente de una manera eficiente en función de los objetivos de éste. Puede servir como método de superación personal, deportivo, profesional o empresarial. Esa es la principal característica del coaching, su flexibilidad. Se adapta a ti y te ayuda en aquello que necesites, sin restricciones. Gracias a este punto, la flexibilidad, el coaching se ha convertido en una disciplina interesante y especial.

Podríamos resumir el coaching en tres características fundamentales:

  1. Te hace salir de tu zona de confort
  2. Te muestra las herramientas para que tú solito salgas de dicha zona
  3. Te motiva y despierta en ti las ganas de superación personal.

Los orígenes del término coaching

La palabra coaching significar «entrenar» y coach «entrenador», proviniendo ambas del inglés. Esta relación de entrenamiento de un experto a otra persona fue llamada «coaching» por primera vez en el año 1890 en la Universidad de Oxford, cuando un tutor realizó un análisis completo de las características de un alumno que precisó su ayuda. Para ello, analizó las cualidades de su alumno y, tras unas cuantas charlas, le esbozó un plan de estudio personalizado.

A partir de aquí comenzó el camino de los entrenadores o coaches que se dedican a sacar el potencial de sus clientes. Pero no fue hasta que el coaching diera el salto al ámbito profesional y de las grandes corporaciones cuando cobró la importancia y el auge que tiene en la actualidad.

¿Qué hace del coaching una técnica especial?

Principalmente es el hecho que no es una profesión, sino una meta-profesión y me explico: el coaching son varias profesiones en una, puesto que el coach debe poder ayudar a sus clientes en casi todas las facetas que desarrollamos los seres humanos, como puede ser la salud, la vida espiritual, la nutrición, la vida social, la vida profesional, etc. Además, en el estudio de su cliente, el coach no puede poner límites entre estas áreas, debe ser capaz de solapar las que sea necesario para poder ayudarlo en su proyecto puesto que, normalmente, las carencias del cliente no provienen de solo una de estas ramas. Según esto, podríamos decir que el coaching es una «super-profesión».

El coaching en el campo de la salud

El coaching en este campo no es aconsejable como primera elección, es decir, lo principal es acudir a un especialista (psicólogo o psiquiatra), por lo que el coach se establece como un complemento a estos profesionales. Por poner un ejemplo, existen varios estudios en los que se ha demostrado que el coaching puede ayudar a una personal en los trastornos de déficit de atención por hiperactividad. El concepto de coaching para este trastorno (TDAH por sus siglas) se utilizó por primera vez por los psiquiatras Hallowell y Ratey en su libro «Driven to Distraction» en 1994. Un coach especializado en TDAH utiliza técnicas específicas diseñadas a ayudar a personas que tienen que lidiar con este tipo de enfermedades. Estos coaches no pueden realizar un tratamiento completo de psicoterapia para TDAH, por ello se centran en el funcionamiento del día a día y en aspectos del comportamiento. Se trata de un complemento excepcional para la labor del psicólogo.

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El coaching es una disciplina segura

Desde mediados de los años 90, las asociaciones profesionales de coaching como la AC (asociación para el coaching, o la EMCC (concejo europeo de mentores y coaches), la IAC (asociación internacional del coaching) y la ICF (federación internacional de coaches) han trabajado para desarrollar unos estándares de entrenamiento, tal y como asegura el psicólogo Jonathan Passmore en su libro «Excelencía en coaching: La guía industrial«. De hecho recientemente tanto la AC como la EMCC han publicado el «código global de ética» como regulación para la realización de su profesión. Por lo que desde Meditación y Psicología te aconsejamos que si vas a contratar algún coach personal te asegures que pertenezca a alguna de estas asociaciones.

Con la creciente popularidad de esta profesión muchos colegios y universidades ahora ofrecen programas de entrenamiento de coaches que están acreditados por asociaciones profesionales. Algunos cursos ofrecen un certificado de coach después de unos pocos días de entrenamiento, pero tales cursos, o bien no están acreditados o son solo cursos específicos, según asegura la ICF. De hecho, estos cursos suelen rondar las 150 horas. Si lo comparamos con otras profesiones, como puede ser un psicólogo especialista en coaching, nos damos cuenta de la verdadera diferencia. A estos últimos se les pide en el Estado de California en los Estados Unidos un mínimo de 3.000 horas de experiencia profesional supervisada.

Es por esto que las verdadera asociaciones  o federaciones de coaching como la ICF, por ejemplo, ofrece una credencial de «Master Certified Coach» que requiere la demostración de «2.500 horas de experiencia de coaching con al menos 35 clientes» y una credencial de «Certified Professional Coach»

¿Qué se suele criticar al coaching?

Los críticos consideran que el coaching es similar a la psicoterapia, pero sin las restricciones legales y la formación de los psicólogos. No hay requisitos de regulación ni de colegios profesionales para los coaches. Debido a la falta de regulación, las personas que no tienen capacitación o certificación formal pueden llamarse coach sin ningún tipo de restricción legal.

Además existen psicólogos especialistas en motivación personal o en el ámbito empresarial, que cuentan con una formación mayor que los coaches. Por ello muchas personas recelan ante la posibilidad de contratar un coach.

De cualquier modo, la elección del tipo de personal depende del ámbito que se quiera mejorar. Si hablamos de mejorar la autoestima de una persona, creemos que indudablemente un psicólogo debe ser la primera opción. Pero si por el contrario, necesitáramos mejorar las capacidades de comunicación de un político anta la avalancha a la que se ven sometidos por los medios de comunicación, posiblemente un coach sería una mejor alternativa.

Por eso y para finalizar, dependiendo del punto a mejorar, lo ideal es hacer un estudio de las posibilidades y en función de estas decantarse por uno u otro. Y, en el caso de que la bola cayera sobre el lado del coach, asegurarse de que pertenezca a una asociación reputada e intentar conocer todo lo posible sobre su currículum y su formación.

 

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