¿Cómo gestionar bien las emociones?

gestionar emociones

Gestionar bien las emociones tiene que ser algo esencial para mantener el control de tu vida y llegar a tener éxito. A partir del artículo Si alguien te enfada te domina, hemos considerado que explicar cómo gestionar bien las emociones puede ser de mucha ayuda.

¿Qué son las emociones?

Las emociones son estados afectivos que experimentamos. Reacciones de acuerdo al ambiente que van acompañadas de cambios orgánicos -fisiológicos y endocrinos- de origen desconocido. La experiencia juega un papel fundamental en la vivencia de cada emoción.

Se trata de un estado que sobreviene, súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras. Son reacciones que todos tenemos como: tristeza, alegría, miedo, ira, entre otros. Son muy conocidas por todos pero no por ello dejan de tener complejidad.

Todos hemos sentido cuadros de estrés, no todos somos conscientes de que un mal cuidado de estas emociones puede acarrear un bloqueo o la enfermedad. Acciones que debes hacer al gestionar tus emociones. La verdadera inteligencia emocional requiere que identifiques y entiendas tus propios estados de ánimo. Implica reconocer cuando y porqué estás enfadado, nervioso o triste, y actuar sobre las causas y no sólo los síntomas.

Intenta recordar tus virtudes y éxitos.

La reafirmación en tus virtudes y puntos fuertes es una de las mejores estrategias para gestionar tus sentimientos. Consiste en pensar en lo que te ha provocado esa emoción pero reduciendo su significado negativo.

Ejemplo: en lugar de enfadarte porque has llegado tarde al trabajo puedes pensar que, dado que siempre llegas a tiempo, no es tan grave. La gente con mayor control emocional utiliza la autoafirmación cuando la intensidad de sus emociones todavía es baja y tienen tiempo para buscar otro punto de vista de la situación. Curiosamente, se ha demostrado que esta estrategia funciona especialmente bien en las mujeres.

La próxima vez que sientas que pierdes el control sobre tus emociones, recuérdate a ti mismo aquellas cosas de las que te enorgulleces en tu vida.

Distrae tu atención hacia un asunto concreto.

Las personas que mejor gestionan sus emociones también han aprendido a usar la distracción para bloquear sus estados emocionales antes de que sea demasiado tarde. Parece que resulta muy eficaz cuando prevén que van a experimentar emociones intensas y no tienen suficiente tiempo para usar otras estrategias. Como sabrás, una forma muy efectiva para calmar a un niño pequeño que no deja de llorar es desviar su atención.

“¿Has visto el muñeco?” o “¿Qué tengo en la mano?” suelen disminuir su nivel de excitación si mantenemos su atención durante el tiempo suficiente.

La herramienta de la distracción es desvincularte de la emoción negativa poniendo tu atención en pensamientos neutrales. De esta forma evitarás que la emoción coja demasiada intensidad. Por ejemplo, si tu jefe cuestiona tu profesionalidad, en lugar de pensar que quizás termine despidiéndote podrías pensar en la celebración de cumpleaños que tienes el sábado. Es sencillo, pero muy eficaz, tal y se ha demostrado en varias investigaciones científicas. Aunque al tiempo es probable no sea lo mejor, la distracción funciona, más si centras tu atención en algo específico en lugar de dejar que tu mente vague.

Piensa en tu futuro más inmediato.

Las emociones muy intensas pueden provocar que te olvides de que hay un futuro y que tus acciones van a tener consecuencias. Aunque en ese momento tan sólo seas capaz de vivir el presente y tu frustración, enfado o nervios te parezcan tan importantes, ¿seguirás sintiendo eso dentro de una semana?

Tener pensamiento en el futuro es muy eficaz para tener el autocontrol, como se demostró en el experimento que se hizo popular por medio del libro Inteligencia Emocional.

En él, los niños que resistieron la tentación de comer una golosina a cambio de recibir otra obtuvieron mejores resultados en los test escolares y mejores trabajos en los años venideros.

Medita habitualmente.

La meditación ha demostrado científicamente su eficacia para prevenir los pensamientos negativos repetitivos y no sólo mientras meditas, sino también a largo plazo: es capaz de disminuir el nivel de activación de la amígdala de forma duradera.

La meditación también tiene estudios en la reducción de la ansiedad. En uno de ellos, cuatro clases de meditación de 20 minutos de duración fueron suficientes para reducir la ansiedad en un 39%.

Intentar relajarte sólo cuando te asaltan las emociones no es muy eficaz. Sin embargo, meditar de forma regular y respirar correctamente sí que puede reducir la intensidad de las emociones negativas cuando estas aparecen.

Date permiso para preocuparte más tarde.

Antes te he explicado que intentar suprimir una emoción o pensamiento provoca que vuelva de nuevo con más fuerza.Sin embargo, ¡posponerla para más tarde puede funcionar! En un estudio se pidió a los participantes con pensamientos ansiosos que pospusieran su preocupación durante 30 minutos.

A pesar de ser una forma alternativa de evitar pensar en algo, lo que se ha demostrado es que tras ese período de pausa las emociones regresan con una intensidad mucho menor. Así pues, date permiso para preocuparte después de un tiempo de espera. Te preocuparás menos.

Piensa en lo peor que te puede pasar.

¿Recuerdas la película Sin Perdón (Unforgiven) de Clint Eastwood?

En ella, el personaje de William Munny, pese a estar viejo y acabado, es el mejor pistolero del oeste. No lo es por su velocidad ni su puntería. Como él mismo dice, lo es porque cuando las balas empiezan a volar, él controla sus emociones y mantiene la calma. Pero ¿cómo mantener la calma?

Los samuráis y los estoicos se mantenían tranquilos incluso en las situaciones más dramáticas, ¿cómo lo conseguían?

Pues pensando en la muerte. Y mucho.No queremos que te pongas dramático ni te vuelvas otra persona, pero pensar en lo peor que te puede pasar, esto te ayudará a minimizar tus problemas y mantener el control.

Escribe un diario de tus emociones.

La escritura expresiva consiste en escribir sobre tus pensamientos y sentimientos más profundos y ha demostrado ser eficaz tanto a nivel psicológico como físico (¡es capaz de acelerar la cicatrización de las heridas!) Mantener un diario emocional sobre lo que has sentido en varios días o momentos te va a ayudar a reducir la recurrencia de pensamientos negativos.

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