¿Qué es la disonancia cognitiva?

disonancia cognitiva

La teoría de la disonancia cognitiva se la debemos al genial psicólogo y científico americano Leon Festinger (1919-1989) experto en psicología social. Dicha teoría afirma que las personas seleccionamos aquellas percepciones que confirman nuestros pensamientos independientemente de si son hechos reales o no con tal de reducir nuestra disonancia cognitiva. 

Ante todo hay que aclarar el significado de estos conceptos. Hablamos de disonancia cuando no hay concordancia entre lo que hacemos y lo que pensamos. Por el contrario, hablamos de concordancia cuando nuestros actos se corresponden con nuestra forma de pensar. Finalmente habría que indicar que una disonancia permanente en nuestra mente, puede convertirse en una fuente constante de ansiedad y estrés.

¿Por qué y cómo brota la disonancia cognitiva?

¿Cómo puede ser que unas personas sostengan opiniones o actúen como no debería se habitual en ellas? La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar tratando las situaciones más normales en las que ocurre la disonancia.

¿Cómo saber si necesitas ayuda?¿Cómo saber si necesitas ayuda?

Usaremos como ejemplo el del fumador habitual que ya sabe que el fumar es nocivo para la salud.  ¿Cómo actuará esta persona?

1) A lo mejor cambiará su forma de pensar simplemente variando sus acciones; o sea, puede que deje de fumar. Si ya no fuma, entonces sus esquemas mentales de lo que hace será consonante con el conocimiento de que fumar es dañino. Esta persona dejará de tener disonancia y no habrá «tensiones internas»

2) Quizá varíe su «Conocimiento» sobre los efectos del fumar. Esto parece una manera rara de expresarlo, pero es lo que suele suceder en la práctica. Es decir, la persona es capaz de variar su forma de pensar, buscando excusas que le hagan pensar, que si bien es cierto que es perjudicial fumar, existirán otras razones que lo justifiquen. De esta forma habrá reducido o incluso eliminado la disonancia entre lo que hace y lo que piensa, con lo que eliminará toda tensión psicológica interna.

Sólo de tarde en tarde (si es que ello sucede alguna vez) se da el caso de que la persona en cuestión las acepte como inconsistencias. Lo común es tratar con más o menos suerte de racionalizar estas inconsistencias. Así, si una persona continúa fumando a pesar de saber que el humo es malo para los pulmones, puede ser que sienta:

  • que le gusta tanto fumar, que vale la pena.
  • que las posibilidades de que su salud sufra no son tan importantes como parece a primera vista.
  • que no siempre ha de ser posible evitar todo peligro y seguir viviendo.
  • que quizá si dejase de fumar aumentaría su ansiedad, con lo que comería más y ganaría peso, lo cual es igualmente nocivo para su salud. Así es que el fumar, después de todo, es lo más coherente con sus ideas.

3) Sin embargo, hay personas que no siempre tienen la misma suerte en racionalizar sus inconsistencias. Por una o por otra razón, los intentos para conseguir la consistencia pueden fracasar. Entonces, sencillamente, lo que pasa es que la inconsistencia sigue existiendo.

En el ejemplo del fumador parece claro que la persona puede encontrarse con grandes dificultades al intentar cambiar su conducta o su pensamiento. El fumador puede pensar que el proceso de dejar de fumar es demasiado penoso para él. Puede tratar de encontrar puntos de vista y opiniones distintas para reforzar la opinión de que el fumar no hace mucho daño, pero igualmente no se dejará engañar. Entonces continuará fumando aún teniendo conciencia de que el fumar lo perjudica. Pero su mente no se dará por vencida, sus intentos esforzados para reducir la disonancia no cesarán. En estas circunstancias -es decir, ante una incoherencia así-, hay una incomodidad psicológica, que puede derivar en una fuente de estrés o ansiedad.

 

Fuente: elaboración propia

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