Gente que se alegra del mal ajeno

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Hay personas que se alegran del mal ajeno, eso es indudable, lo que no nos queda tan claro es el motivo. Por regla general, suele haber siempre un acto de empatía y solemos ayudar a los demás. Pero existen excepciones que, sin duda, tienen un fundamento psicológico.

En la mayoría de los casos, se produce debido a una baja autoestima. Ya que este tipo de situaciones por lo general provoca en las personas que tienen una baja autoestima sensación de bienestar debido a que ellas mismas no se sienten aptas para lograr lo que se proponen y ver que has fracasado en lograr lo que te propongas les brinda bienestar.

querer y amarDiferencia entre querer y amar

En estos casos, el sentido de inferioridad es el que los guía. Para poder reafirmarse necesitan ver el dolor ajeno para poder sentirse superiores. ¡Qué triste tener que recurrir a esto!

El mal ajeno

Alegrarnos del mal ajeno significa que nos exponemos a quedar retratados cuando nos pase algo. Nadie puede controlar que nos ocurra algo en el futuro, por lo que si te alegras de lo malo que le pase a alguien, es como si te alegraras de lo que te puede pasar a ti el día de mañana. ¡Qué sinsentido!

Además, la persona a la que hoy odias mañana puede ser tu compañero. ¿Qué pasará con todas esas alegrías hacia su malestar? Te sentirás culpable. Regar un terreno de rencores solo acarrea una cosecha de desgracias.

Opiniones sobre el mal ajeno en diferentes disciplinas

Una persona que tenga una autoestima sana, sin necesidad de compararse continuamente, jamás se alegrará del mal ajeno. Pero no solo nos tenemos que quedar en este punto, el camino espiritual llega más allá.

Decía un sabio hace dos mil años que dios hace llover sobre buenos y malos y que si solo buscas el bien de tus amigos ¿Qué recompensa recibirás? Más bien hay que buscar el bien de los enemigos, para así hacer un verdadero acto de bondad.

En el budismo se medita deseando el bien para todos los seres vivos del planeta, incluso para aquellos que son nuestros enemigos. Se les desea el bien y se produce un cambio en nuestra percepción. Ya no reaccionamos ante este tipo de personas como lo hacíamos anteriormente.

En la psicología, se nos hace mirar a aquellas personas que no nos caen bien, como si fueran niños pequeños con sus miedos que han creado una coraza para defenderse. Simplemente actúan así por un motivo de miedo y por ello los vemos como enemigos nuestros. Al comprender que es el miedo lo que les hace actuar así, se produce una catarsis en nuestro pensamiento y en vez de alegrarnos del mal que les pueda suceder, nos produce compasión, que es una de los actos más bellos del mundo.

En definitiva:

¿Por qué hay gente que se alegra del mal ajeno?

Hay personas que debido a un complejo de inferioridad o de superioridad, necesitan reafirmar su ego a través de los fracasos de los demás. Si lo vemos con ojos de compasión comprenderemos que dichas personas son niños temerosos encerrados en cuerpos de adultos que no han llegado a madurar emocionalmente.

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