Relato - El aire

Griselda iba con prisas, miraba constantemente el reloj esperando que la persona que estaba utilizando el cajero automático terminara. Por la cabeza le rondaban mil y un pensamientos: lo que se iba a poner de ropa esa noche, lo que iba a comprar al día siguiente en el supermercado, el proyecto que tenía que entregar para dentro de una semana, las vacaciones que tenía dentro de tres meses, la discusión que había tenido con su familia hacía un mes...Cuando el cajero se quedó libre Griselda metió la tarjeta, puso el pin de forma mecánica y cuando fue a guardar el dinero que había sacado, de repente se quedó sin aire...Intentaba respirar pero le costaba, su mente se quedó libre, sólo quería respirar, centró su conciencia en lo que le estaba pasando, le estaban atracando y alguien le ahogaba con una bolsa. Cuando el atracador se hizo con el dinero salió corriendo y Griselda pudo volver a respirar...
Los días siguientes Griselda pasaba horas y horas en el balcón de su casa, simplemente respirando, le inundaba una sensación inmensa de agradecimiento. Estaba feliz, cuando llovía aún más porque decía que el aire que respiraba era mucho más limpio. Se hizo experta en aire, le gustaba el del campo sin duda, le seguía en preferencia el de la playa, le encantaba el toque de sal.
No le costó ningún trabajo reconciliarse con su familia, total todo carecía de importancia cuando te quedas sin aire.No le dio tiempo a entregar el proyecto y en el trabajo las cosas no iban bien, pero Griselda no veía esa situación como desfavorable, "desfavorable es quedarse sin aire"-pensaba. Pasaba el tiempo y se sentía cada vez mejor, ya no se peleaban los pensamientos por tener protagonismo en su cabeza, si en algún momento le ocurría, volvía la atención al simple hecho de respirar.
Cuando en el juicio Griselda le dio las gracias al atracador, todos se quedaron boquiabiertos...
Una vez más, gracias al blog http://relatosdeperroxico.blogspot.com.es/ Imagen: Flickr
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