Orientación sexual y cerebro

orientación sexual y el cerebro

El debate está servido, ¿los homosexuales nacen o se hacen? Hoy día debería ser un debate sin importancia pero en ciertos colectivos, sobre todo los cristianos, aún no son aceptados. Puesto que no podemos argumentarles con cuestiones religiosas, si podemos usar la ciencia y el conocimiento. Así que empezaremos hablando por el dimorfidad sexual del cerebro, posteriormente por la exposición prenatal a ciertas hormonas y, por último, la herencia familiar. La orientación sexual y el cerebro tienen muchos puntos en común. Me disculpo de antemano porque el texto sea algo largo, pero es necesario para poner en contexto las reflexiones finales.

La orientación sexual y el cerebro

El cerebro es un órgano sexualmente dimorfo. Los dos hemisferios del cerebro de una mujer parecen compartir las funciones cerebrales en mayor medida que los del cerebro de un varón. Si un hombre sufre un accidente cerebrovascular en el hemisferio izquierdo, tiene más probabilidad de padecer alteraciones del lenguaje que una mujer con un daño similar (el hemisferio derecho de la mujer comparte funciones lingüísticas con el izquierdo, de modo que las lesiones en un hemisferio tienen efectos menos devastadores que en los varones). El cerebro de los varones es algo mayor (probablemente porque su cuerpo es más grande). El tamaño de ciertas regiones del teléncefalo y diencéfalo también son distintos en hombres y mujeres; así como la forma del cuerpo calloso también puede ser sexualmente dimorfa. Se piensa que el dimorfismo sexual en el cerebro es consecuencia de diferencias en la exposición a los andrógenos en la etapa prenatal e inicio de la postnatal (a esto se le suman cambios en la pubertad, cuando se produce otra descarga de andrógenos) e incluso puede influir el contexto social. Estudios con cerebros de personas fallecidas, revelan diferencias de tamaño en tres subregiones cerebrales diferentes: el núcleo supraquiasmático, un núcleo sexualmente dimorfo del hipotálamo y la comisura anterior (es un haz de fibras que conecta los lóbulos temporales izquierdo y derecho).

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Pero por el momento no hay pruebas sólidas de que diferencias en la estructura cerebral influyan en la orientación sexual. Un 8% de los carneros (oveja macho) muestran preferencia sexual por otros machos, pero no adoptan una conducta típica de hembras (tratan de montar machos en vez de hembras). Se observó que un núcleo sexualmente dimorfo, localizado en el área preóptica medial del hipotálamo anterior, era mayor en machos que en hembras, y dos veces mayor en los carneros heterosexuales, que en los homosexuales. Como vimos, el cerebro de hombres y mujeres heterosexuales reaccionaba de forma diferente a los olores de AND y EST (sustancias químicas que pueden actuar como feromonas humanas). Al investigar las pautas de activación cerebral en respuesta al olor de esas sustancias, se encontró que la respuesta de los hombres homosexuales era similar a la de las mujeres heterosexuales, lo que sugiere que en la pauta de respuesta influía la orientación sexual. En las personas orientadas hacia mujeres (hombres heterosexuales) se registró actividad cerebral en los núcleos paraventricular y dorsomedial del hipotálamo cuando olieron EST, mientras que las personas orientadas hacia los hombres (mujeres heterosexuales y hombres homosexuales) se registró actividad cerebral en el área preóptica y en el hipotálamo ventromedial cuando olieron AND. Existe otra característica sexual que se relaciona con diferencias estructurales del cerebro. El tamaño de una determinada región del prosencéfalo, la subdivisión central del núcleo del lecho de la estría Terminal (NLET) es mayor en varones que en hembras. En un estudio se observó que el NLET es tan pequeño en varones transexuales de varón a mujer, como en mujeres normales; y que su tamaño era igual de grande en varones homosexuales como en heterosexuales. El tamaño de dicha región en transexuales de mujer a hombre estaba dentro del intervalo de tamaños observado en varones normales. Por lo tanto su tamaño se relaciona con la identidad sexual, no con la orientación sexual. Los transexuales son hombres que se consideran mujeres atrapadas en cuerpos de hombres. Algunos buscan ayuda médica (hormonas o cirugía para cambiar de sexo). La mayoría de hombres homosexuales tienen una identidad sexual masculina (les atraen los hombres pero no se consideran, ni quieren ser mujeres).

La orientación sexual y el cerebro

Pero no se puede concluir que las regiones cerebrales mencionadas estén implicadas directamente en la orientación o identidad sexual. En otro estudio, se encontraron diferencias en la longitud relativa de brazos y piernas de hombres y mujeres heterosexuales y homosexuales. Con ello no se quiere decir que las diferencias en la longitud relativa de los huesos sean la causa de las diferencias en la orientación sexual (estas diferencias pueden reflejar la exposición a hormonas sexuales en el desarrollo prenatal o postnatal temprano, ya que el crecimiento óseo está influenciado por andrógenos y estrógenos).

 

Tampoco podemos hacer conclusiones respecto a la relación de las diferencias estructurales cerebrales con la orientación sexual. Las diferencias reales – si realmente la orientación sexual está determinada por la exposición prenatal a los andrógenos- puede residir en cualquier parte del cerebro sin explorar todavía. Posibles causas de las diferencias en el desarrollo cerebral. Según vimos en el caso inicial, se sugiere que la identidad sexual y orientación sexual están influenciadas por factores biológicos, y no por cómo se cría al niño. Si la orientación sexual se ve afectada por diferencias en la exposición a andrógenos del cerebro en desarrollo, entonces, ¿Qué factores pueden provocar que haya variaciones en esta exposición? Probablemente algo debe provocar la disminución de los niveles de andrógenos prenatales a los que un hombre homosexual está expuesto y el aumento de los mismos en las mujeres homosexuales. La HSC expone al feto a niveles elevados de andrógenos, pero la mayoría de las mujeres homosexuales no tienen HSC; a día de hoy, no se han propuesto otras fuentes de niveles de andrógenos prenatales altos. Estudios con animales sugieren que en la androgenización prenatal de los machos podría influir el estrés maternal. Tras someter a las ratas gestantes a periodos de estrés, se suprimía la producción de andrógenos en fetos macho. Estas ratas macho presentaban menos probabilidad de manifestar una conducta sexual masculina, y más de manifestar una conducta sexual femenina en el caso de administración de una inyección de estradiol y progesterona. Además el juego de las ratas macho jóvenes se parecía más al de las hembras (menos brusco) lo que indica que el estrés prenatal no se restringe solo a la conducta sexual.

 

Además de efectos comportamentales, el estrés prenatal reduce el tamaño del núcleo sexualmente dimorfo del área preóptica (que suele ser mayor en machos que en hembras) que juega un papel importante en la conducta sexual del macho. Aunque no se puede suponer que el estrés prenatal tenga los mismos efectos en el cerebro y conducta humanos, estos resultados coinciden con la hipótesis de que la homosexualidad masculina podría relacionarse con sucesos que reducen la exposición prenatal a los andrógenos. Otro factor que puede influir en la diferenciación sexual del cerebro: Los varones homosexuales suelen tener más hermanos mayores (pero no hermanas mayores o hermanos y hermanas menores) que los varones heterosexuales; en mujeres homosexuales y heterosexuales este número no difería, ni tampoco la edad de la madre o del padre o el intervalo entre los nacimientos. El hecho de tener hermanas mayores no influye en la orientación sexual de las mujeres. Ciertos estudios sugieren que la probabilidad de que un chico sea homosexual aumenta un 3,3% por cada hermano mayor (suponiendo que el índice de homosexualidad en un chico sin hermanos mayores es del 2%, para un chico con dos hermanos mayores sería un 3,6% y un 6,3% para el que tenga cuatro hermanos mayores). Aún así, la probabilidad sigue en contra de los datos sobre la incidencia de la homosexualidad incluso en familias que haya varios chicos. El hecho de que los homosexuales suelan tener más hermanos varones que los varones heterosexuales ha llevado a sugerir que el sistema inmunitario de la mujer puede sensibilizarse a una proteína que segregan tan solo los fetos masculinos y con ello afectar al desarrollo cerebral prenatal de posteriores fetos masculinos. Como la mayoría de los varones que tienen hermanos mayores son heterosexuales, de ser cierta esta hipótesis, sólo algunas mujeres se sensibilizarían a la proteína producida por sus fetos masculinos.

La orientación sexual y el cerebro

Herencia y orientación sexual

La herencia también puede influir en la orientación sexual. Los gemelos univitelinos (monocigóticos) tienen genes idénticos; mientras que los bivitelinos (dicigóticos) tienen en torno a un 50%. Tras estudiar parejas de gemelos varones, si los dos son homosexuales son concordantes en ese rasgo, y si uno es heterosexual son discordantes. Si la homosexualidad tiene una base genética, el número de gemelos monocigóticos concordantes en homosexualidad debería ser mayor que en los dicigóticos, y estudios así lo demuestran (52% de concordancia en gemelos univitelinos frente al 22% en gemelos dicigóticos). Los factores genéticos también afectan a la homosexualidad femenina (48% de concordancia en gemelas monocigóticas frente al 16% en gemelas dicigóticas). También se ha encontrado mayor incidencia de la homosexualidad y bisexualidad en hermanas, hijas, sobrinas y primas (de un tío paterno) de mujeres homosexuales. Los varones homosexuales tienen aproximadamente un 80% menos de hijos que los heterosexuales. Este descenso de la fecundidad podría ejercer presión selectiva sobre cualquier gen que predispusiera a los varones a ser homosexuales. En un estudio se halló que los parientes femeninos por línea materna (tías, abuelas) de varones homosexuales tenían una tasa de fecundidad más alta que los parientes femeninos por línea materna de los varones heterosexuales; pero no existían diferencias en los parientes femeninos por línea paterna de homosexuales y heterosexuales (probablemente debido a que los hombres compartan un cromosoma X con sus parientes femeninos por línea materna, pero no con sus parientes femeninos por línea paterna. Los investigadores sugirieron que un gen del cromosoma X que aumenta la probabilidad de que un hombre se convierta en homosexual también aumenta la fecundidad de las mujeres).

Resumiendo: dos factores biológicos: exposición prenatal a hormonas y herencia pueden influir en la orientación sexual; lo que contradice que sea cuestión de moral.

Es decir, los homosexuales no son más responsables de su orientación sexual de lo que lo son los heterosexuales.

Las personas que creen que los homosexuales han nacido así, manifiestan actitudes más positivas hacia ellos que los que piensan que han elegido ser así. La pregunta ¿Por qué una persona llega a ser homosexual? Se contestará cuando se sepa por qué una persona llega a ser heterosexual.

 

Fuente: Fundamentos de fisiología de la conducta. Neil R. Carlson. 

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