Fábula de la rana y el escorpión

La fábula del escorpión y la rana tiene sus orígenes en la antigua cultura egipcia, aunque también se ha contado en otras culturas alrededor del mundo. Una de las primeras versiones escritas de esta fábula se encuentra en una colección de historias llamada "Las Fábulas de Bidpai", que fue escrita en Persia alrededor del siglo VI d.C.

La historia también ha sido contada en muchas otras culturas, como la griega, la india, la china y la japonesa. Cada cultura ha adaptado la historia a su propia tradición y ha utilizado la fábula para enseñar diferentes lecciones.

Hoy en día, la fábula del escorpión y la rana sigue siendo una historia popular y se utiliza a menudo para enseñar a los niños la importancia de ser prudentes y desconfiar de aquellos que pueden ser peligrosos.

El escorpión y la rana

Hace mucho tiempo, en un río cristalino, vivían una rana y un escorpión. La rana era muy amable y siempre ayudaba a los demás animales que lo necesitaban. Un día, mientras la rana estaba descansando cerca del río, apareció el escorpión y le pidió ayuda para cruzar el río.

La rana, preocupada por la seguridad del escorpión, le preguntó: "¿Cómo puedo estar segura de que no me picarás durante el viaje?". El escorpión le respondió: "No te preocupes, no te picaré, de lo contrario, ambos moriremos ahogados". La rana, confiando en las palabras del escorpión, se ofreció a llevarlo en su espalda.

Durante el viaje, todo parecía ir bien. La rana nadaba con fuerza, y el escorpión no hacía nada para molestarla. Pero en el medio del río, el escorpión de repente picó a la rana con su aguijón venenoso.

La rana, herida y sorprendida por la traición del escorpión, comenzó a sentir cómo su fuerza disminuía. Mientras ambos se hundían en el agua, la rana le preguntó al escorpión por qué había hecho eso, sabiendo que ambos morirían. El escorpión simplemente respondió:

No puedo evitarlo, es mi naturaleza".

Y así, la rana y el escorpión se hundieron en el río, unidos por la traición de uno y la naturaleza del otro. La moraleja de esta historia es que debemos ser cautelosos y no confiar en aquellos que tienen una naturaleza peligrosa, ya que pueden hacer daño sin importar las consecuencias.

Moraleja de la rana y el escorpión

La moraleja de la fábula es que, a veces, las personas no pueden evitar actuar de acuerdo con su naturaleza, incluso si eso significa hacer daño a otros o a sí mismos.