Matthieu Ricard

Matthieu Ricard

Ya hablamos en uno de los primeros artículos una posible relación entre la felicidad y el dinero. Sin embargo no debemos relacionar siempre la búsqueda de la riqueza como medio para obtener la felicidad, la búsqueda de la felicidad es aquello que nos une a todos los seres vivos, cual fuera que sea nuestra condición económica. Para ello no hay nadie más preparado en el mundo para hablarnos que Matthieu Ricard.

Por todos es sabido que en los genes llevamos escrito el instinto de supervivencia, no solo los seres humanos sino cualquier forma de vida. Se observa en las ciudades, al ver como las raíces de los arboles levantan el pavimento o como hierbas crecen en sitios insospechados sin acceso a luz ni agua.

Con los seres humanos pasa algo parecido. También vimos como el privarnos de alimento pone a nuestro cerebro en modo supervivencia y lo dota de más recursos. ¿Existe algún tipo de instrucción en nuestro ADN para perseguir la felicidad? La repuesta es un sí rotundo.

Breve historia del pueblo tibetanoBreve historia del pueblo tibetano

Sin embargo, ni todo el dinero del mundo puede asegurarle a nadie un estado de paz, ni siquiera felicidad. Porque estamos hablando de una cuestión de química en el cerebro. Y no existe manera alguna para poder modificar esa química a nuestro antojo. Ni siquiera los más potentes antidepresivos son capaces de mantenerlo puesto que el cuerpo tiene una función de homeostásis y autoregulamiento, que automáticamente detecta que algo no es normal, (demasiada cantidad de neurotransmisores) e intenta equilibrar el efecto del principio activo del medicamento.

Sin embargo, la gente que quiere más y cada vez más, ¿No es acaso lo que buscan, sentirse plenos? ¿Sentirse lo más feliz posible? La gente no quiere dinero «per se» si no fuera por la felicidad que esperan obtener de él, y como hemos dicho, nuestra naturaleza es una búsqueda constante de la felicidad. Pero si de antemano supieran que dicha búsqueda de felicidad a través de lo material es imposible de conseguir… ¿no buscarían una vida más sencilla? A lo mejor de esa manera podrían conseguir una verdadera felicidad.

Matthieu Ricard

De hecho, las pocas personas que consiguen vivir en esa dicha permanente, son, curiosamente, gente dedicada a la meditación. Matthieu Ricard (en la foto), es un monje budista residente en Nepal que ha sido sometido a distintos estudios. En uno de estos estudios en la Universidad de Wisconsin, investigadores colocaron 256 electrodos en su cráneo y los sometieron a un aparato de imágenes funcionales por resonancia magnética nuclear (fMRI). Se encontró que Matthieu Ricard logró el más alto nivel de actividad en la corteza cerebral pre-frontal izquierda, lo que se asocia a las emociones positivas. La escala varia de + 0.3 à -0.3 (beatitud), Matthieu Ricard alcanzaba resultados de –0.45, completamente por fuera de la escala. Un nivel nunca registrado en otro ser humano.

La felicidad convive con la gente que ha aprendido a no identificarse con los pensamientos automáticos que tenemos. Gente que se limita a observar sin juzgar, actuar lo mejor que puede en un momento dado, no autoculparse por las cosas que podrían haberse hecho mejor, quererse y respetarse a uno mismo.  En definitiva, son gente que conoce que no son perfectos, pero que saben de sobra que la vida tiene demasiados obstáculos como para añadirse, ellos mismos, más a su camino. Como camino eligen la sencillez, el respeto, la compasión. Y todo eso les brinda mucha más felicidad que cualquier fortuna. Y sin embargo, está felicidad que han alcanzado sí es permanente y sí es estable en el ser humano, es decir, el cuerpo no intenta contrarrestarla.

¿Acaso está en nuestro código genético una búsqueda de la compasión y de no juzgar para que seamos felices? ¿Estamos «programados» para buscar la paz? Dejo las preguntas abiertas…

Para saber más de Matthieu Ricard:

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1 comentario. Dejar nuevo

  • Interesantes preguntas… y difíciles de responder… creo que en parte, es el entorno que permitimos que nos codicione para aprender a juzgar pero también para encontrar esa paz, esa felicidad. Otra cosa es el camino que emprendemos cada uno según el filtro de nuestra percepcion, las herramientas que decidimos aplicar para ese fin, y lo que conseguimos. Interesante, si. Un saludo

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