Los dioses griegos, mitología y psicología
ÍndiceLos mitos son "el modelo arquetípico de todas las creaciones, sea cual sea el plano al que se refieran: biológico, psicológico, espiritual. La función principal de la mitología es la de establecer modelos ejemplares en todas las acciones humanas importantes". Mircea Eliade
La mitología griega no se resume al periodo de la Antigüedad. Se encuentra en otras épocas (Renacimiento y Clasicismo), en otros contextos (historia y arte) y en otros discursos (científicos y filosóficos). La clave para entender esta "longevidad espiritual" está en los mitos. Como concepto, el mito ha conocido más de 500 definiciones en unos 25 siglos (Topor, 2000); su etimología nos lleva (por supuesto) a una palabra griega, mithos, que significa "una historia fabulosa". El mito "revela algo que ya se ha manifestado completamente, y esta manifestación es al mismo tiempo creativa y ejemplar, porque es el soporte de una estructura de lo real así como de un comportamiento humano" (Eliade, 1998, p.10-11). A lo largo de la historia se ha desarrollado una auténtica hermenéutica de los mitos, porque son una eterna "fuente de inspiración" (Auregan, Palayret, 1998, p.9). La explicación, en opinión de Aristóteles, es muy sencilla: "quien ama los mitos, ama, en cierta medida, la sabiduría" (Vladutescu, 1984, p.7).
La mitopsicología, una nueva rama dinámica de la psicología moderna
La enorme contribución de los antiguos griegos al progreso de la filosofía, las ciencias naturales y las artes, es indiscutible. Desgraciadamente, el papel que desempeñaron en la historia de la psicología sólo se menciona brevemente. Muy a menudo se citan los filósofos (Pitágoras, Sócrates, Platón), así como la teoría de Aristóteles sobre el alma: "De anima" se considera "el primer libro sistemático de análisis psicológico" (Manzat, 2003, p.12). A pesar de todo esto, se ha obviado el "productor de psicología" griego más importante: la mitología. Los mitos griegos son un vasto dominio de investigación para disciplinas como: la historia, la antropología, la filosofía, la psicología, el ocultismo (astrología), el arte (literatura, pintura, escultura, música); el vínculo más fuerte se establece entre la mitología y la religión, con sus prácticas mágicas o rituales (Sommer, 1969). Por tanto, podemos comprender mejor la diversidad de dimensiones que tienen los antiguos mitos griegos:
Estudio sobre la adicción a TikTok- literaria (la expedición de los argonautas)
- histórica (la guerra de Troya)
- esotérica (los misterios órficos)
- iniciática (el viaje de Ulises)
- morales (Dédalo e Ícar)
- psicológica (la historia de Edipo)
- filosófica (la leyenda de la cosmogonía)
- social (las edades de la humanidad)
Como podemos observar, el "ingrediente" psicológico de los mitos no puede ser ignorado; está siempre presente como parte esencial. Entre el mito y la psicología, los límites son numerosos y estrechos, lo que ha conducido al desarrollo de una psicología de los mitos (mitopsicología). La interpretación psicológica encuentra en los mitos un material extraordinario, la ocasión perfecta para separar el escenario del objeto, los detalles de la esencia o, en lenguaje psicoanalítico, lo oculto de lo perceptible. Lo que puede resultar confuso es la multitud de significados que diferentes psicólogos ven en los mitos (Topor, 2000): expresión de los arquetipos (Jung), forma de lenguaje (Levi-Strauss), realidad cultural (W. Wundt), etc.
Muy interesante es la iniciativa de Paul Diel (1966, p.40) de asociar cada divinidad importante con un rasgo: "el espíritu es Zeus; la armonía de las necesidades: Apolo; la inspiración intuitiva: Palas Atenea; el acto de obligar a retroceder: Hades, etc. El impulso de evolucionar (como necesidad esencial) está representado por el héroe; el conflicto interior está representado por la lucha contra los monstruos de la degradación". Este punto de vista coincide con el de los psicólogos Rudica y Costea (2003, p.8): "todas las grandes creaciones mitológicas describen, a nivel del sentido psicológico común, toda la dramaturgia de nuestra vida interior".
En el primer nivel, el formal, es importante la narración en sí misma, como sucesión de acontecimientos que conducen a un fin determinado. Los niveles segundo y tercero, mucho más valiosos para la psicología, tienen como fundamento el acto de interpretación. "El mito como evidencia" se relaciona estrictamente con su "creador" (en este contexto, una comunidad o nación). En cambio, "El mito como verdad" va más allá de las fronteras geográficas, culturales e históricas. Hablamos, por supuesto, de la verdad psicológica, la significación universal, la que revela algo sobre el ser humano en sí mismo. Este tipo de análisis es frecuente en la psicología, estando relacionado con "grandes nombres" como Sigmund Freud, que creía en la universalidad (después impugnada) del famoso complejo de Edipo (Sillamy, 2000).
En el presente ensayo nos centraremos en el segundo nivel de interpretación, menos advertido, pero, como queremos demostrar, muy útil. A nivel general, el mito nos ofrece la posibilidad de investigar la concepción que las comunidades antiguas tenían sobre el alma humana. En otras palabras, este ensayo está dedicado al intento de reconstruir el conocimiento psicológico de los antiguos griegos a partir de su mitología.
Debemos aclarar que la psicología de los mitos no se resume a la mitología grecorromana sino también a los mitos de otras culturas: Mesopotámica, egipcia, celta, hebrea, china, germana, tracia, daciana, india, etc.
El panteón de la psicología antigua
La psicología de la que hablamos en esta sección no es "didáctica" y tiene una sistematización pobre (si no ausente). Es, en cambio, dinámica, compleja y, sorprendentemente, real.
"Como en el caso de todas las religiones politeístas, los mitos griegos hablan del origen del mundo y de los humanos, así como de las acciones de los dioses y de los héroes" (Naudin, Cuq, 2001, p.20). La leyenda de la cosmogonía es, a menudo, una historia sobre "el nacimiento" de manifestaciones psicológicas y de comportamiento. "La Noche dio a luz a Moros (el colapso), luego a Hypnos (el sueño) y a Oneiroi (los sueños), así como a una multitud de Dioses malignos: la Venganza, el Fraude, la Prisa, la Vejez, la Riña, de los cuales aparecieron: el Problema, el Olvido, el Hambre, la Enfermedad, la Lucha, el Asesinato, la Guerra, la Matanza, la Disensión, la Mentira y las Palabras con doble sentido, la Injusticia y el Juramento. Al servicio de los dioses olímpicos estaban: las Horas (que representaban la idea del orden y la regularidad), Moira (la fe), Némesis (la recompensa por la injusticia), las Cariátides (la idea de la elegancia), las Musas (la idea del arte), Iris, Hebe (la juventud) y Ganímedes (la bella servidora de los dioses)" (Stan, Rus, 1991, p.112-113). Algunas fuentes mencionan también a Momos, "el Dios que representa las bromas y la ironía" (Cordoneanu, 1998, p.192).
Incluso las principales edades encuentran su correspondencia en el ser de ciertos dioses: Hermes es el niño eterno, inteligente y creativo, "los héroes están asociados a los rituales de iniciación espiritual de los adolescentes" (Eliade, 1992, p.282). Hebe es la juventud, casada con Heracles ("las victorias se relacionan casi siempre con la juventud", Mitru, 1996, vol. II, p.62), Zeus simboliza la madurez como edad asociada al poder, al equilibrio y a la capacidad de dirigir, Cronos representa el final de nuestra evolución, la vejez, el Dios de la muerte y del tiempo.
De entrada no podemos ignorar la visión determinista de los antiguos griegos respecto a las manifestaciones psíquicas (concepción que deriva de su creencia general en el orden universal y la predestinación). Lo psíquico, junto con el cuerpo, está bajo la influencia de las leyes naturales. Anhelando la armonía universal (ganada al derrotar al gigante Tifón con la ayuda de Hermes - la inteligencia), los antiguos griegos valoraban el equilibrio y la normalidad psicológica. Oponerse a ellas es un crimen que conlleva algún tipo de castigo. Prometeo, el prototipo del genio y de una valentía impensable, fue castigado severamente por los dioses.
La locura, como trastorno mental, conoce un amplio campo de representaciones. Sobre su origen, en la mayoría de los casos, los antiguos griegos invocaban la culpa (personal, de un miembro de la familia o de los antepasados - hoy en día la idea de "mal" bagaje hereditario) de ofender a los Dioses por egoísmo, negligencia o injusticia. Para el error cometido intencionadamente el término utilizado es hybris (por ejemplo, Ixión), y para la falta no intencionada, el término es hamartia (el ejemplo típico aquí es el de Edipo).
Dioses griegos y trastornos mentales
Las divinidades de los mitos griegos asociadas a la enfermedad o al trastorno mental son, por tanto, muy numerosas, relacionadas con las emociones del loco y el motivo de su miseria:
- Hekate, diosa infernal de la noche. Representada con tres cabezas (símbolo de la imposibilidad de escapar de los propios miedos); espera a los viajeros en las encrucijadas, "empujándolos a la desesperación y a la muerte" (Hamann, 2004, p.148). Corresponde a los miedos inconscientes de cada persona.
- Erinies, el nombre griego de las Furias. "Desde la Antigüedad, empezaron a identificarse con la conciencia. Llevadas "al interior" de la mente, simbolizan el remordimiento, el sentimiento de culpa, la autodestrucción de la persona que siente que es imposible ser perdonada" (Chevalier, 1994, vol. II, p.21). La correspondencia con las Euménides revela una compleja dinámica psicológica. "Esta evolución está relacionada con la de la conciencia, que primero prohíbe y después castiga. Las Erinias pueden transformarse en Euménides, divinidades favorables, cuando la razón lleva a la conciencia morbosa a una mejor apreciación de los actos humanos" (Chevalier, 1994, vol. II, p.21).
- Las Gorgonas, tres hermanas monstruosas que inspiraban temor; eran sinónimo de la fealdad del alma, símbolo de la degradación. "Euryale representa la perversidad sexual, Stheno - la perversidad social, Medusa simboliza la necesidad espiritual de evolucionar convertida en estancamiento arrogante" (Chevalier, 1994, vol. II, p.105).
- Las Arpías son similares a las Erinias en cuanto a significado y consecuencias, pero tienen un significado más general. "Las Arpías simbolizan los malos hábitos: las obsesiones generadas por el ansia y también los remordimientos; el viento que las transporta es generado por el espíritu" (Chevalier, 1994, vol. II, p. 120).
- Hidra, la legendaria serpiente de nueve cabezas, continúa la analogía con la lujuria que devora el alma, llevándola un paso más allá: "todo lo que entra en contacto con la depravación o procede de ella se arruina o es arruinado" (Chevalier, 1999, vol. II, p.129).
- Las Bacantes o Menades, servidoras de Dioniso, tienen, por sus rituales, un complejo simbolismo, estando en relación directa con la histeria, la embriaguez, la perversidad.
- Las Ninfas recuerdan "una superstición referida a la locura generada por cualquier forma que surja del agua; el sentimiento de atracción y de terror a la vez" (Elit, 1964, p.178).
Los antiguos se dieron cuenta de la naturaleza dual de los humanos, expresada en el mito de los Dioscuros. "Pólux (el alma) no puede vivir sus experiencias terrestres sin Cástor (el cuerpo)" (Ciuperca, 1998, p.18). En cuanto a la existencia de la conciencia y el inconsciente en nuestro ser, los antiguos griegos no sólo lo han adivinado, sino que han creado algunas metáforas sugerentes al respecto: el paso al mundo del Hades, la lucha entre Perseu y Medusa, Tezeu y el Minotauro, los centauros como unión de contrastes. "La victoria de Apolo sobre Pitón es el triunfo de la razón sobre el instinto, de la conciencia sobre el inconsciente" (Chevalier, 1994, vol. III, p.144).
Pero, incluso lo mejor representado en la mitología griega, son los antagonismos y complementariedades entre lo racional y lo emocional, por "parejas de contrarios" como: Atenea - Ares, Atenea - Poseidón, Apolo - Dionisio. En este contexto, podemos notar claramente la preferencia griega por la razón, el orden, el Logos. Por lo tanto, "Atenea es el peor enemigo de Ares, al que vence en la famosa batalla de los dioses" (Eliade, 1992, p.277), y así la sabiduría vence a la ira y a la fuerza bruta (la madre de la diosa, Metis, es "Prudencia" en sí misma). De la misma manera, Atenea gana la capital-ciudad a Poseidón, dios de lo irracional, de los gestos repentinos y violentos, de los fantasmas monstruosos. El gesto simbólico de domesticar el caballo ofrecido por Poseidón a los atenienses significa la remodelación, con la ayuda del intelecto, de lo que es natural y sin refinar. La capacidad del pensamiento para ayudarnos a adaptarnos y evolucionar tiene su mejor representación en la imagen del caduceo (perteneciente a Hermes, dios asociado a la inteligencia, la agilidad y la sabiduría): las dos serpientes son el símbolo alquímico de la unión de los contrastes, la conciliación y la síntesis creativa.
Zeus se casó con Metis, cuyo nombre significa idea. De esta unión nació Atenea, que creció en la cabeza de Zeus, desde donde saltó al mundo" (Hamann, 2004, p.296). Esta es la forma en que los antiguos griegos conectaban instintivamente el proceso del pensamiento con la cabeza e, implícitamente, con el cerebro. Los humoristas, en cambio, lo ven como la capacidad de la labor cognitiva, la génesis de una idea (Atenea), para generar dolores de cabeza (para Zeus, su padre, o, en otras palabras, el "autor"). En conclusión, Atenea "simboliza, sobre todo, la creación psicológica, la síntesis, la inteligencia socializada" (Virel, 1965, p.104). Por eso se hicieron famosas las palabras del poeta Horacio: "Tu nihil invita dices faciesve Minerva" - "Nada podrás decir o hacer sin la ayuda de Minerva (Atenea)" (Mitru, 1996).
Sobre la "pareja" Apolo - Dioniso (pensada por Nietzsche en relación con la filosofía de la cultura) podemos pensar en "la armonía de la razón" frente a "la experiencia del éxtasis". Dioniso, dios de la embriaguez y de la mística, "simboliza la superación de las inhibiciones, de las represiones" (Chevalier, 1994, p.449).
Pero la oposición entre razón y emoción no siempre se ve como un conflicto. El símbolo de la perfección, el Hermafrodita, el que integra lo masculino y lo femenino, es, como demuestra su nombre, hijo del intelecto (Hermes) y la afectividad (Afrodita). Además, es evidente el respeto y la importancia de Afrodita, diosa del amor, en la mitología griega. "El acto sexual es el dominio específico de Afrodita, que inspira y protege" (Eliade, 1992, p.280). "Su opuesto es Artemisa, una diosa virgen. "Los griegos han visto en su eterna virginidad la indiferencia hacia el amor. En la tragedia de Eurípides (Hipólito), la propia Artemisa declara su odio a Afrodita" (Eliade, 1992, p.280).
La diosa es, como todos los sentimientos, primordial, temida por los dioses, capaz incluso de dar la vida (Galateea). Gana la manzana de la Discordia porque el amor está antes que el poder (Hera) y la sabiduría (Atenea). El eterno amante de la Diosa es Ares (cuya cohorte está formada por: Enyo - la destrucción, Eris - la disputa, Deimos - el terror y Fobos - el miedo). Metáfora inspiradora de los antiguos: la unión entre Afrodita (lado femenino y espiritual) y Ares (el lado masculino y carnal) generó Harmonia (unión de contrastes) y Eros (pasión). Sobre Eros (Cupido para los romanos), los mitos dicen que "sus flechas son de dos tipos: unas de oro, empapadas de miel, otras de plomo, empapadas de veneno" (Cotrobescu, 1999, p.86). El amor es alegría y también dolor, al igual que los procesos afectivos se caracterizan por la polaridad y la movilidad. "Los artistas antiguos presentaban a Eros montado en un león. De este modo mostraban que los sentimientos pueden domar a cualquier ser por muy cruel que sea" (Mitru, 1996, vol. I, p.179).
Por último, hay que mencionar el aprecio de los antiguos griegos por la creación, el talento y el arte. La leyenda dice que "Zeus unido a Mnemosyne, diosa de la memoria, generó las nueve musas" (Cordoneanu, 1998, p.195), metáfora de la creación mediante el uso inspirado de la experiencia adquirida. En cualquier caso, la música es un atributo de los dioses, prueba de ello es la lira de Apolo (Dios solar, protector de las musas), la pipa de Pan y la sublime música de Orfeo, que calmaba incluso las fuerzas infernales - un símbolo de la revelación de los productos de nuestro inconsciente con la ayuda del arte. Como fundamento de la creación está la fantasía (asociada a Pegaso) y el acto de vencer todas las dudas, la falsedad y la mentira (la lucha simbólica entre Pegaso y Belerofon contra Quimera). Pero la originalidad no es una característica divina exclusiva. "Tetis, la fuerza primaria y fértil, se convirtió en la esposa de un mortal (Peleu), y esto simboliza el hecho de que el potencial creativo no puede ponerse en marcha sin la ayuda de la inteligencia humana" (Hamann, 2004, p.149).
De la antigüedad a la psicología moderna
La mayoría de las ideas psicológicas que tenían los antiguos griegos (ahora "tomadas" de su mitología) no se han perdido, sino que se encuentran (como demostramos), quizá de forma diferente, en la psicología científica moderna. Más aún, esta aproximación psicológica a la mitología ha demostrado a menudo ser más que "literatura", sino una investigación válida y útil, capaz de generar nuevos conceptos y teorías.
Debido al conocido antropomorfismo de los dioses griegos, fue posible crear famosas tipologías, como "el carácter en ocho tipos planetarios" (Jues, 2003, p.52), basado en una serie de cuatro oposiciones (Marte - Venus, Tierra - Mercurio, Júpiter - Saturno, Sol - Luna).
La mitología no está muerta. "Gnothi se auton, o, en una forma latina más familiar, Noscere te ipsum: conócete a ti mismo. La vieja sentencia escrita a la entrada del templo de Delfos parece más presente que nunca" (Cotrobescu, 1999, p.678). Los mitos nos ofrecen el camino para llegar a la esencia, un camino hacia la eternidad, hacia el yo.
Incluso el origen de la palabra psicología nos lleva a un mito: Psique y su amante, Eros. "Esta alegoría tiene un significado. Psique, en la lengua griega, significa alma. Pero el alma se eleva sólo a través del amor, Eros, y termina en el Olimpo, el lugar de la felicidad eterna" (Mitru, 1996, p.179). Lo psíquico se caracteriza por el sentimiento, la vida y el tormento. Así pues, la psicología representa, desde el punto de vista mitológico, algo más que la ciencia o el conocimiento. La psicología es el estudio del alma humana en busca del amor.
Referencias
Auregan, P., Palayret, G. (1998), Zece trepte ale gandirii occidentale, Editura Antet, Oradea.
Chevalier, J., Cheerbrant, A. (1994), Dictionar de simboluri, vol. I, II, III, Editura Artemis, Bucuresti.
Ciuperca, D. (1998), Astrologia in noua era, Editura Arhetip, Bucuresti.
Cordoneanu, M., Cordoneanu, R. (1998), Dictionar de mitologie greco-romana si romaneasca, Editura Viitorul Romanesc, Bucuresti.
Cotrobescu, A. (1999), Astrologia practica, Editura Teora, Bucuresti.
Diel, P. (1966), Le symbolisme dans la mythologie grecque, Paris.
Eliade, M. (1992), Istoria credintelor si ideilor religioase, vol. I, Editura Stiintifica, Bucuresti.
Eliade, M. (1998), Mituri, vise si mistere, Editura Univers Enciclopedic, Bucuresti.
Elit (1964), Traite d’histoire des religions, Paris.
Hamann, B. (2004), Cele douasprezece arhetipuri, Editura Mix, Brasov.
Jues, J.-P. (2003), Caracterologia, cele zece sisteme de baza, Editura Teora, Bucuresti.
Mitru, Al. (1996), Legendele Olimpului, vol. I, II, Editura Vox, Bucuresti.
Manzat, I. (2003), Istoria psihologiei universale, Editura Psyche, Bucuresti.
Naudin, C., Cuq, M.-L. (2001), Religiile lumii, Larousse, Editura Enciclopedia Rao, Bucuresti.
Rudica, T., Costea, D. (2003), Aspecte psihologice in mituri, legende si credinte populare, Editura Polirom, Iasi.
Sillamy, N. (2000), Dictionar de psihologie, Editura Univers Enciclopedic, Bucuresti.
Sommer, R., Tomoiaga, R., Vaida, P. coord. (1969), Mic dictionar filosofic, Editura Politica, Bucuresti.
Stan, Al., Rus, R. (1991), Istoria religiilor, Editura Institutului Biblic si de Misiune al Bisericii Ortodoxe Romane, Bucuresti.
Topor, R. (coord.), Diaconu, F., Marghescu, G. (2000), Cultura Dictionar – termeni si personalitati, Editura Vivaldi, Bucuresti.
Virel, A. (1965), Histoire de notre image, Geneva.
Vladutescu, G. (1984), Filosofia in Grecia veche, Editura Albatros, Bucuresti.
Escrito por: Vlad Petre Glaveanu
University of Bucharest
Deja una respuesta