La mejor técnica de estudio

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Esta técnica de estudio está, en parte, basada en el libro de Gary Keller «Lo único», la cual es denominada por él como «El búnker». ¿Por qué este nombre? Muy sencillo, ninguna distracción debe traspasar nuestra área de estudio. Vamos a proceder a elaborarlo punto por punto, para que así sea más fácil identificar cada consejo y puedas adaptarlo a tu forma de estudiar.

La mejor técnica de estudio: El búnker

  • Lo mejor es aislarse en un sitio que no sea ni excesivamente cómo ni incómodo. Ambos extremos son perjudiciales para el estudio. Muy cómodo=peligro de somnolencia. Muy incómodo=incapacidad de concentrarse.
  • Avisa a familiares y amigos. Este consejo tiene dos sentidos. El primero es que sepan que estarás estudiando y que no deben molestarte. El segundo es la carga de responsabilidad que ello conlleva. Si saben que estás estudiando, de alguna forma, no querrás decepcionarlos. Es como el que quiere salir a correr 10 kilómetros y dice a sus amigos: Hoy salgo a correr 10 kilómetros. ¿A que te sientes más obligado a hacerlo después de haberlo comunicado? De este modo adquirimos una responsabilidad para con los demás.
  • Prohibido internet. Donde quieras que sitúes tu búnker, no puede haber acceso a internet. Solo en los casos donde sea necesario el acceso a internet, se podrá usar pero con todas las opciones de distracción capadas. De forma que redes sociales o Whatsapp estén deshabilitados durante nuestro periodo de estudio.
  • Llévate comida y bebida suficientes. ¿Acaso en un búnker no hay víveres? El hecho de salir a comer o a tomar un café es una de las distracciones más normales durante época de estudios. Por eso podemos tener un buen termo con café o algún sándwich a mano, así no tenemos por qué dejar de estudiar.
  • Llévate un cuaderno o una hoja para anotar ideas que no tengan que ver con tus estudios. Nuestra mente es nuestro peor enemigo (a veces) e intentará distraernos con ideas que nos parezcan interesantes sobre temas más agradables. Por ello, puede ocurrir que se te ocurran cosas que quieras hacer más tarde o incluso en ese momento. Una buena manera de controlar estos impulsos es anotarlos, para que después del estudio puedas dedicarte a ello sin haber perdido ningún dato.
  • Registra tu tiempo. Imagínate que eres un abogado y debes saber cuanto tiempo dedicas a cada caso de cada cliente. ¿Cómo lo contabilizas? Pues los profesionales usan herramientas tipo «Toggl» donde van eligiendo el proyecto en el cual trabajan. La herramienta contabiliza el tiempo para luego poder facturarlo con exactitud. Pues tú debes hacer lo mismo. Empieza un proyecto «Asignatura A», por ejemplo. Si vas al servicio, lo detienes. Cuando vuelves, lo reanudas. Así siempre sabrás exacto cuantas horas empleas en cada asignatura y semanalmente recibirás en tu correo un informe con el tiempo empleado con cada una. ¿No es una buena técnica de estudio?
  • No uses música. Está comprobado científicamente que la música distrae, incluso cuando no estamos siendo conscientes de ella. Es por eso que no existe mejor música que el silencio. A esto solo hay una excepción, que nuestro búnker sea un sitio ruidoso y no hallamos podido encontrar un sitio adecuado. Entonces (y solo entonces) podremos usar música relajante, que no nos distraiga más que los propios ruidos.
  • Planea con anterioridad qué quieres estudiar y cuanto vas a estudiar. No lo dejes a la improvisación. Una buena planificación es clave para tener éxito en los estudios.

Otros consejos o métodos de estudio

  • No estudies en pantallas. En la medida de lo posible reduce la exposición a estas. Podrán generarte problemas de sueño y, además, los temidos dolores de cabeza.
  • Fondo de la pantalla o color del folio. Ramón Campayo aconseja estudiar en folios sobre fondo gris o marrón. El campeón mundial de memoria lo dice en sus libros sobre técnicas de memorización.
  • Hacer asociaciones. Este mismo autor recomienda que imaginemos situaciones ficticias (e incluso a veces irracionales) a la hora de memorizar. A veces dará como resultado una escena cómica que será mucho más fácil de recordar que, por ejemplo, aprendernos las iniciales de cada palabra de un listado. Siguiendo con el ejemplo, si las iniciales resultantes son E R C P L N, podríamos inventarnos una frase del tipo El Ratón Canta Por La Noche. Así será imposible que lo olvidemos. A esta técnica se le denomina «Asociaciones inverosímiles».

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