Reflexiones sobre el cristianismo
Estas reflexiones sobre el cristianismo tienen por objeto mostrar que las religiones parten de un núcleo común y que es muy fácil apartarse del camino original. Sea por el motivo que fuere, ocurre en todas las religiones y no podemos culpar a unas u otras por este hecho, puesto que sucede con todas.
La esencia del cristianismo
El cristianismo no es una religión original, todos sabemos que Jesucristo era un judío, bastante religioso y con un respeto profundo a los grandes patriarcas. Es por ello que el cristianismo bebe del judaísmo ,y por tanto, leyendo a los antiguos profetas judíos, los cuales eran el ejemplo para Jesús, vemos que siempre ponían la prioridad en ayudar a los demás, especialmente a 3 colectivos vulnerables:
- Ayudar a las viudas
- Ayudar a los huérfanos
- Ayudar al extranjero
Vemos que mientras otras religiones se centraban únicamente en el desarrollo propio, ya fuera retirándose de la vida viviendo como un asceta o ingresando en una orden monástica, los judíos se centraban en ayudar a los más vulnerables.
Cada acción diaria, por pequeña que sea, en la que ayudamos a otra persona tiene un significado muy profundo. Puesto que la vida tiene un sentido en el aquí y el ahora, máxime si estamos ayudando a alguien. Mientras que una vida dedicada única y exclusivamente a la introspección carece de ese sentido.
Jesús de Nazaret decía que si vas a presentar una ofrenda y estás enfadado con alguien, es mucho mejor ir a reconciliarte con tu prójimo antes de ir al templo (lo que hoy día sería una iglesia). Ponía el ejemplo que el prójimo te podía denunciar mientras te dirigías al templo, utilizando una de sus múltiples analogías, pero el sentido profundo es que es más válido la reconciliación con los demás antes que ir a presentar una ofrenda, rezar, o cualquier acto que realicemos para profundizar en nuestra vida espiritual.
Deben primar las acciones antes que cualquier otro gesto. Por supuesto que todo es importante, meditar, rezar o incluso algún ritual. Pero antes de todo, las acciones son el núcleo del camino espiritual.
El monje inglés Tomás de Kempis decía que la vida había que centrarla en la acción y no en la simple lectura de libros para alcanza la sabiduría. Expresaba que al final de nuestras vidas se nos medirá por las acciones que hemos realizado y no por los libros que hemos leído.
Por lo tanto, una vida espiritual debe estar centrada en ayudar a los demás y no simplemente en la mera perfección espiritual. Es cierto que una no exime a la otra, pero también es cierto que muchas personas dedican mucho tiempo a la meditación y a la lectura sapiencial y dejan de lado las acciones bondadosas.
El cristianismo y el judaísmo original
Si retomamos el paralelismo con el judaísmo primitivo, en la propia Biblia se ordena varias veces que cada 50 años debía de celebrarse el año jubilar o año de gracia, el cual consistía en diversas disposiciones:
- había que dejar descansar la tierra, para que se renovara
- se producía la liberación de los esclavos
- se perdonaban todas las deudas
- los que habían perdido sus propiedades podían recuperarlas
Otro ejemplo, sin necesidad de que fuera año de gracia, era que si algún Judío tomaba como fianza la capa de otro judío, mientras éste le debía dinero al anterior, por la noche el primero debía devolverle la capa al segundo para que no pasara frío.
Este judaísmo era el que el propio Jesús proclamaba que había llegado con él. Así lo anunció en la sinagoga de su Nazaret natal y de allí fue expulsado. De ahí que dijera que "Nadie es profeta en su tierra".
El problema es pensar que el cristianismo es la iglesia
Una persona que se considere cristiana o simplemente espiritual, no tiene por qué ser católica, protestante o testigo de jehová. Somos muchos los que consideramos que Jesús de Nazaret fue un gran maestro y que nos consideramos más o menos escépticos hacia las cuestiones religiosas que de él se han desarrollado a posteriori. Más de uno se sorprenderá al leer los evangelios, pues ni la mitad de cosas que escuchamos relacionada con la iglesia provienen de Jesús de Nazaret. Ni el concepto del cielo y el infierno, ni el purgatorio, ni los sacramentos, ni si quiera queda claro que Jesús se considerara el Mesías a sí mismo.
No quiero entrar en temas más teológicos, pero una lectura seria de los evangelios muestra que el cristianismo primitivo era más sencillo. Jesús no quería que se llamara Padre a nadie en la tierra y los mismos cristianismos empezaron a llamar "padre" a los sacerdotes y la tradición sigue en la actualidad. Se trataba de vivir una vida espiritual centrada en la ayuda a los demás, donde todos eran iguales, mujeres y hombres, ricos y pobres. Por lo tanto, la ayuda al necesitado era la prioridad y, a la vez, se convertía en la base de la vida espiritual.
No se debe tomar esto como una crítica a la iglesia, porque como todo, el problema estriba en generalizar. Al igual que existen parroquias donde se realiza una labor extraordinaria, existen otras donde todo es fachada y nada proviene del corazón. Incluso hace poco vi una noticia donde un cura se había gastado un dineral en pintar un cuadro en la iglesia donde él mismo se había hecho retratar.
Pero esto ocurre en todos los campos, hay gente muy válida y gente que no, por ello no debemos pensar que todos los actuales representantes de la iglesia son igual de superficiales. En un retiro espiritual al que asistí no hace mucho, un sacerdote que lo dirigía me confesó que su forma de entender la vida espiritual no difería mucho de la mía, sin embargo él era sacerdote, con todo lo que ello implica, y yo no estoy afiliado a ninguna religión ni credo.
El cristianismo y el budismo
Del mismo modo que la generalización se ceba con la iglesia, en el budismo ocurre lo mismo. Se vierten críticas ante la vida asceta del budista. El mismo Sidarta Gautama abandonó a su hijo para dedicarse a alcanzar la iluminación. ¿Acaso no puede considerarse este hecho como extremadamente cruel y egoísta?
En primer lugar, no debemos juzgar el pasado con ojos del presente. La vida hace milenios no se parecía ni por asomo a la actual, por lo que un gesto como ese (hoy día a todas luces intolerable) era mucho más común de lo que parece.
En segundo lugar, para Buda era un inversión temporal, puesto que de su vida iban a poder beneficiarse miles o millones de personas, entre ellas su hijo, el cual se convirtió, posteriormente, en monje de su propio grupo.
Pero en todo caso, es evidente que los monjes budistas dejan toda relación terrenal y mundana para dedicarse al camino espiritual. Y yo me pregunto, ¿Qué tiene más merito, buscar la superación personal en nuestro día a día o abandonar todo e irse a vivir en medio de la nada? Para mi la respuesta está clara, en el día a día, es como puedo desarrollarme más como ser humano, donde mis familiares y amigos me pueden encontrar y donde podré ser más útil a la sociedad.
Sin embargo, el concepto de compasión, es algo que el propio Buda dijo innumerables veces, véase Dhammapada:
"El odio no se vence con odio, el odio se vence con amor, esto es una ley eterna."
Esto se parece mucho al "amad a vuestros enemigos" de Jesús de Nazaret.
"Muy fácil es ver las faltas en los demás, pero dificil es ver las faltas propias. Uno pone al descubierto las faltas de los demás al igual que el que tamiza el trigo encuentra la paja, pero ese mismo disimula sus faltas al igual que el jugador astuto oculta sus trampas"
Esto es casi igual que la parábola de la viga y la paja de Jesús:
“¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo”, tú que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Lucas 6, 41-42)
En definitiva, deberíamos de ser todos más abiertos hacía la sabiduría original de las grandes religiones y no dejarnos llevar por los peores ejemplos que nos encontramos.
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