El síndrome de la cara vacía

Es probable que a partir de ahora sientas miedo o inseguridad si sales a la calle sin mascarilla, y eso tiene una explicación psicológica. Desde este momento en España, y en muchos otros países, la mascarilla dejará de ser obligatoria también en espacios cerrados, si bien en algunos sitios sigue siendo obligatoria, como en Centros Sanitarios, transporte público y farmacias. Sea como fuere, habrá muchos ciudadanos que empiecen a sufrir lo que los psicólogos llaman "síndrome de la cara vacía".

Y es que después de años en el que la mascarilla ha sido obligatoria tanto en interiores (excepto en sitios privados como el propio hogar) como en exteriores, a partir de este ahora dejará de ser una obligación llevarla, aunque obviamente quien se sienta inseguro podrá seguir usándola sin ningún problema.

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Opinión de los psicólogos sobre el síndrome de la cara vacía

Respecto a este síndrome, Sonia Castro, psicóloga y miembro del Instituto Europeo de Psicología Positiva de Madrid, ha declarado a Europa Press Televisión que "no existe un tratamiento eficaz y concreto" para este síndrome, y que lo que se debería hacer es "facilitar el aprendizaje de ciertas herramientas y estrategias" a las personas que sufren esta inseguridad para poder gestionar mejor el miedo y la ansiedad.

Esta medida que lleva ya muchos meses en otros países europeos, es una medida para que, poco a poco, nos acostumbremos a esta situación que puede provocar miedo y ansiedad al no llevar una máscara en la cara.

Aclaran que este síndrome es totalmente diferente en cada una de las personas. Esto se debe a que habrá personas que ya estén vacunadas con la pauta completa, y otras que no. Habrá personas que nunca han tenido coronavirus y otras que ya lo habrán pasado (incluso varias veces). También dependerá de las relaciones sociales que se tengan a partir de ahora.

El síndrome de cara vacía en los niños y adolescentes

La mascarilla también otorgaba una seguridad psicológica que dejará de ser efectiva. Antes, sobre todo los niños y adolescentes, se sentían más seguros desde el punto de vista social al rechazo "estético" por los demás. Cosas tan simples como el acné juvenil, las ortodoncias o algún que otro defecto quedaba total o parcialmente enmascarado (valga la redundancia) por las mascarillas. Y son ahora muchos los jóvenes que se deberán de enfrentar de nuevo a una denudez facial a la que ya no estaban aconstumbrados.

Los psicólogos aconsejan que la trancisión sea paulatina. Nunca nadie va a obligar a NO usar mascarilla por lo que si alguien se siente más seguro usándola está en todo su derecho. Ya sea por cuestiones de salud o estéticas, nunca es bueno pasar del todo a la nada en cuestión de minutos. Todos necesitamos una trancisión, dependerá de cada uno si ésta será más rápida o más larga, según nuestro criterio.

Si en algo están de acuerdo los profesionales es en que los padres no deberían obligar a sus hijos a dejar de usar la mascarilla definitivamente si éstos no se sienten cómodos sin ella. Lo ideal sería que cada persona vaya haciendo la trancisión a su ritmo, para no caer en el síndrome de la cara vacía.

El síndrome de la cara vacía unido a otros problemas psicológicos

En el caso que la persona que padece síndrome de la cara vacía padezca otros problemas psicológicos sería recomendable que tratara este tema con un profesional. El hecho de no usar mascarilla no es un problema en sí, pero es un trigger o disparador para otros problemas subyacentes, como puede ser una timidez escesiva o la depresión, los cuales si deben de ser tratados. Es decir, los problemas internos a veces se materializan de la forma que menos nos esperamos y esta puede ser una de ellas.

Cómo reconocer el síndrome de la cara vacía

La psicóloga Sonia Castro ha explicado que hay tres características que son las más frecuentes para reconocer que padecemos el síndrome de la cara vacía: miedo a contagiar o ser contagiado, la sensación de inseguridad al no llevar la mascarilla o sentirnos incómodos si interactuamos con alguien que no la lleva.

Estas tres características, según Castro, son las que nos hacen daros cuenta «que podemos tener miedo, que no nos atrevemos a quitarnos la mascarilla y evitamos los contactos sociales». Por ello ha querido mandar un mensaje de calma ante la aparición de este síndrome porque es una sensación «completamente normal».